Ribeira Sacra, viticultura heróica

España está llena de interesantes paisajes, de retorcidas viñas, de carreteras viradas, de rios serpenteantes, de puestas de sol increíbles y de excelentes vinos, pero lo más impresionante es encontrar todos estos ingredientes en un mismo enclave: La Ribeira Sacra. Situada en el interior de Galicia, es una zona donde comienzan a notarse influencias continentales y con una compenetración perfecta con los ríos Miño y Sil. Además las pequeñas aldeas y sus singulares y escasos habitantes están abiertos a la visita curiosa y a la gente ávida de experiencias agradables.

Muchos de los viñedos que se encuentran en esta zona se sitúan a la orilla del río, en una inclinación increíble (hasta el 75%) y formando pequeños escalones de pizarra negra donde se retuercen  las Mencías y los Godellos que están dando renombre internacional a los vinos de la Ribeira Sacra. Esta situación de las viñas obliga al viticultor a trabajar en unas condiciones de heroicidad, la postura para podar, vendimiar o tratar las viñas es imposible para casi cualquier persona, excepto para los viticultores locales, que han vivido esta forma de trabajar de sus anteriores generaciones.

Mi primera toma de contacto con esta zona fue hace tres años, de la mano de Manuel Gago, que me llevó a ver algunas de las bodegas más interesantes de la zona de Lugo. En esta ocasión me centré en la parte de Orense, y pedí consejo a la Ruta del Vino para completar mi viaje vacacional por Galicia el domingo por la mañana.

Al llegar a Doade, siguiendo la estupenda señalización turística, nos acercamos a un mirador sobre el Sil, elevado entre viñedos que nos permitió contemplar durante largo rato los meandros del rio y la perfecta organización de las viñas de toda la orilla derecha del río, ideal para el cultivo de la vid por su orientación al sol de mediodía y origen de los famosos «vinos de Amandi». Por la tarde, llegamos a la Casa Grande de Cristosende un enorme caserón, rehabilitado con mucho gusto y estilo en una diminuta aldea desde la que puede verse una excelente puesta de sol (sobre los meandros del Sil)… la atención del personal y la estupenda cena que ofrecen redondearon la estancia.

A la mañana siguiente fuimos a visitar las dos bodegas que nos habían recomendado: Sollío y Adega Vella, pequeñas bodegas familiares que compartieron la mañana con nosotros, mostrándonos sus vinos, sus ilusiones y sus esperanzas en consolidar los vinos de esta zona para que la población joven no tenga que marcharse y pueda trabajar aqui disfrutando de una calidad de vida que se pierde en las ciudades. El nivel de fruta, frescura y diferenciación de los vinos de estas pequeñas bodegas les augura un futuro esperanzador que trataré de seguir de tan cerca como sea posible.

2 comentarios en “Ribeira Sacra, viticultura heróica

  1. Cuando descubrimos Adega Vella, nos encantaron sus vinos. Todos los años intentamos conseguir una caja de blanco y otra de tinto. Nos parece que tiene mucha personalidad y el dueño es encantador, siempre nos han tratado como amigos.
    Buen post. Enhorabuena

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